Un grupo de investigadores de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ), perteneciente a la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desarrollado una técnica molecular que permite saber si una muestra de aceite de oliva procede del prensado de la aceituna de la variedad indicada o si ha sido mezclado con otros aceites no declarados, como publica Europa Press. Una buena noticia para el sector del aceite de oliva, que ha registrado fraudes en los últimos años. Según los expertos, el fraude aparece con cierta frecuencia pese a los controles realizados por las autoridades sanitarias. Éste consiste en mezclas de diferentes aceites de baja calidad como si se tratase de aceite de oliva. También es habitual que en el etiquetado se haga referencia a orígenes varietales o geográficos que no se corresponden con el del aceite envasado. Mediante la nueva técnica molecular, además de detectar mezclas fraudulentas, se puede obtener información sobre el origen geográfico del aceite. En sentido técnico, se realiza una caracterización de origen varietal del aceite de oliva basada en el uso de marcadores de ADN de tipo microsatélite (SSR, Simple Sequence Repeats) amplificados por PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa). Optimizado el proceso de extracción de ADN, se aplica el método SSR para detectar posibles vestigios de amplificación de ADN de especies diferentes de olivo (como puede ser la avellana, muy utilizada en los fraudes), ya que existen marcadores SSR exclusivamente diseñados para la mayoría de las especies cultivadas. De forma simultánea, se utilizan marcadores SSR de olivo seleccionados para su gran capacidad discriminante, su fácil interpretación y su reproducibilidad para su uso en la caracterización del aceite de oliva. El grupo de investigación ha establecido una base de datos con más de 90 variedades de olivo procedente en mayor medida de España, Túnez y Portugal, y también otras variedades muy extendidas en Italia, Grecia, Francia, Marruecos y Líbano. De esta manera, se pretende combatir el fraude en los aceites de oliva. Aunque normalmente no conllevan riesgos para la salud, representan un claro perjuicio económico y un engaño para el consumidor.

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