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El olivo y el aceite cobran un protagonismo especial en los actos de celebración de la Semana Santa que pretenden evocar los últimos días de Jesús. El olivo estuvo presente en varios episodios de la recta final de su vida. Por este motivo, durante estos días, olivo y aceite se utiliza en los actos y rituales como elemento litúrgico.

Según cuentan los evangelios, cuando Jesús entró en Jerusalén montado en una borriquita, fue aclamado con ramas de olivo. Muchos tendían sus mantos y las ramas a su paso para recibirlo. Este acontecimiento se rememora cada año con el Domingo de Ramos, que da comienzo a la Semana Santa. Los fieles llevan a la iglesia sus palmas y ramas de olivo para bendecirlos en la eucaristía.

El olivo también está presente en el comienzo de la Pasión. Jesús fue capturado en Getsemaní, palabra procedente del arameo que significa molino de aceite. En el también conocido como Monte de los Olivos, la noche del Miércoles Santo estuvo orando hasta que se lo llevaron para juzgarlo. Para escenificar este momento, las cofradías ambientan los pasos que salen en procesión con el árbol del olivo.

Por su parte, el aceite se utiliza como elemento litúrgico para conmemorar la muerte y resurrección de Cristo. La Virgen María y María Magdalena pidieron permiso a Poncio Pilato para ungir el cuerpo de Jesús tras su muerte. Cuando llegaron al sepulcro donde lo enterró José de Arimatea, un ángel les anunció que Jesús había resucitado.

El olivo y el aceite están directamente ligados a la historia y tradición de las diferentes religiones. No obstante, en estos días en los que se recuerda la Pasión de Cristo, tienen una simbología especial. La DOP Aceite de La Rioja te desea una vivencia especial de la Semana Santa 2013.

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