Los primeros indicios del cultivo del olivo en La Rioja datan de la época de los romanos. Pese a situarse en una zona límite de cultivo, La Rioja es una comunidad de larga tradición oleícola. Durante siglos, los municipios ubicados en las zonas de La Rioja Baja y La Rioja Media han elaborado un aceite de oliva de peculiares características, determinadas por las condiciones edafoclimáticas de la región.
El tipo de prensa utilizada hasta el siglo XIX, de clara tradición romana, y restos hallados en las localidades de Alfaro y Murillo de Río Leza desvelan que, en la época romana, ya se elaboraba aceite en La Rioja. En la comarca de Cervera del Río Alhama, los más mayores del lugar cuentan que “los olivos llegaron con los moros”. La mayoría de los ejemplares son antiquísimos, ni siquiera se sabe de cuándo pueden ser.
Los primeros datos fiables sobre el olivo en La Rioja no llegan hasta el siglo XVIII, con el Catastro del Marqués de la Ensenada. Desde entonces, se constata que la época de mayor apogeo del sector oleícola riojano se encuentra a mediados del siglo XX. En 1942, la región contaba con 5.780 hectáreas de olivar y, en 1953, llegaron a coexistir 81 trujales, el mayor número que ha habido, y probablemente habrá, en La Rioja.
A finales de la década de los 60, tras alcanzar un máximo de superficie de 7.000 hectáreas, comienza el declive del olivo en La Rioja, al ser sustituido por otros cultivos más rentables por aquel entonces. En 1993, la superficie de olivar llega a su mínimo con 2.373 hectáreas. Su verdadera recuperación no se inicia hasta el año 2000, cuando el sector privado decide apostar por un cultivo emergente en el ámbito internacional.
El sector ha experimentado una importante recuperación. Según datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja, la superficie de olivar se ha incrementado en la Comunidad de 2.945 hectáreas en 2000 a 5.662 en 2018. Además, se ha logrado que un alto porcentaje de la producción sea virgen extra. Como reconocimiento a la calidad del producto, el 8 de octubre de 2004 se aprobó la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja.